Este proyecto, ubicado en el vibrante distrito de Barranco en Lima, es una cocina audaz y lúdica que transforma la forma en que habitamos el corazón de la casa. Desde el inicio, los materiales fueron los protagonistas, dictando el uso del espacio y guiando el diseño. En lugar de ser una elección tardía, aquí la materia fue el punto de partida que dio forma a una cocina vivaz y llena de energía.

La cocina redefine el concepto tradicional de este espacio, no solo como un lugar funcional, sino como un punto neurálgico donde el calor del hogar –tanto literal como simbólicamente– se concentra. Es un espacio que invita a la interacción familiar y a la creatividad, reflejando la vitalidad de quienes lo habitan. Los colores y texturas juegan entre sí, creando un ambiente dinámico y acogedor, donde el diseño celebra la vida cotidiana con un enfoque fresco y atrevido.